Evitando dormirse mientras lees
Dormir me da sueño. Esta es una de las frases más utilizadas, sobre todo, entre todos aquellos que buscan un pretexto para abandonar la lectura por otra actividad más activa. No podemos negar que después de comer y de sentarnos en el sofá lo que más apetece es echarnos la siesta, haciendo honor a esa costumbre española que nos caracteriza. Por eso, hay que evitar esos momentos en los que el cuerpo suplica descanso para leer.
Para mejorar la concentración combatiendo al temido sueño que entra con la lectura, sigue los siguientes consejos:
- Busca momentos en los que tu cuerpo esté activo. Evita leer en aquellos momentos en los que te encuentras más cansado, como puede ser después del trabajo o de una actividad física que requiera de mucho esfuerzo, salvo que quieras utilizar la lectura como mecanismo para conciliar el sueño. Lo ideal es establecer rutinas respecto a la lectura, es decir, establecer un horario para leer. De esta manera, el cerebro se habitúa a esta actividad, permaneciendo más activo.
- Evitar comidad copiosas y con altos contenidos en azúcar. Como ya hemos indicado, el peor remedio contra la fatiga lectora es el estómago lleno, con una digestión pesada que te aleja de toda concentración. También perjudica la alta ingesta de glucosa, ya que según algunos estudios la alta glucosa en sangre puede desactivar células del cerebro que segregan sustancias para mantenernos despiertos.
- Buena postura. ¿Cómo te sientas a la hora de leer? Seguro que la respuesta es compleja porque en la mayoría de los casos no somos conscientes de la postura que adoptamos. El sofá o la cama suelen ser los lugares elegidos por los lectores. Lo ideal para mantener la concentración es permanecer sentados con la espalda recta. Una postura que es buena para permanecer activos y también para la salud, manteniendo la columna en una posición óptima.
- Buscar lecturas entretenidas. Salvo que sea por necesidad (examen, trabajo) intenta buscar lecturas que te llamen la atención y te mantengan despiert@, en definitiva, que te entretengan porque el aburrimiento lleva a la desconcentración. Si aún así te entra el sueño, intenta despejarte durante unos minutos con otra actividad, cambia el campo visual alternando visión de cerca/lejos.
- Consumo de alimentos que aumenten la concentración. También puedes probar con alimentos que aumenten la concentración, como son todos aquellos que contengan hierro. También, siempre y cuando no te pongas nervioso, puedes mantenerte despierto con la cafeína.
- Cuestión de costumbre. Nuestro último consejo es que acostumbres a tu cerebro a leer de manera activa. Si asocias la lectura con irte a la cama, el cerebro cada vez que realices esa acción estará predispuesto para dormir. Para evitarlo, intenta leer en momentos en los que estés activo, para que el cerebro lo vea como una actividad en la que hay que mantener la concentración, no como un medio para descansar.
Fuente: Hablando con Letras
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