Fuentes de la Arqueología
Dentro de toda esa amalgama de fuentes que se utilizan en Arqueología, una de las más recurrentes y de las que mayor información aporta es la epigrafía. De hecho, es tal la importancia que se le otorga a esta fuente de información de la antigüedad que se considera una disciplina propia. Por tanto podríamos decir que la epigrafía es una ciencia auxiliar de la Arqueología ( una más :) ).
En la Edad Media constituía una epigrafia egiptode las principales fuentes históricas y se estudiaban en monasterios de manera independiente y especializada ya que en su mayoría se trataba de textos griegos, latinos o cristianos. Pero ya en el siglo XIX y siglo XX la epigrafía comenzó a abarcar, no solo los epígrafes de la cultura clásica sino también aquellos más antiguos o de otras culturas con independencia del idioma, y se empezaron a estudiar fuentes epigráficas provenientes de culturas como la egipcia, la oriental o la de otros pueblos del Próximo Oriente.
Entonces, en este caso, estamos hablando pues de una fuente de información arqueológica mixta. ¿Eso qué quiere decir? Pues que a la vez que nos otorga información escrita también nos ofrece información material con la que completar nuestro trabajo de investigación. Es por tanto una fuente mixta: fuente material (por el soporte en el que aparece en el yacimiento) y fuente escrita (por el mensaje que contiene).
¿Qué es la epigrafía?
La epigrafía es la disciplina que estudia los textos en los diferentes tipos de materiales en los que puede aparecer. A lo largo de la Historia de la Humanidad se han usado diferentes soportes para plasmar una idea, un discurso, una orden, o cualquier mensaje que se quisiera transmitir a una audiencia. Desde la piedra pasando por arcilla, el papiro, hasta llegar a la pantalla de tu ordenador, cada época ha tenido su material donde escribir.En la Edad Media constituía una epigrafia egiptode las principales fuentes históricas y se estudiaban en monasterios de manera independiente y especializada ya que en su mayoría se trataba de textos griegos, latinos o cristianos. Pero ya en el siglo XIX y siglo XX la epigrafía comenzó a abarcar, no solo los epígrafes de la cultura clásica sino también aquellos más antiguos o de otras culturas con independencia del idioma, y se empezaron a estudiar fuentes epigráficas provenientes de culturas como la egipcia, la oriental o la de otros pueblos del Próximo Oriente.
Entonces, en este caso, estamos hablando pues de una fuente de información arqueológica mixta. ¿Eso qué quiere decir? Pues que a la vez que nos otorga información escrita también nos ofrece información material con la que completar nuestro trabajo de investigación. Es por tanto una fuente mixta: fuente material (por el soporte en el que aparece en el yacimiento) y fuente escrita (por el mensaje que contiene).